En el Ombligo de la Luna

Por Chamán Serpiente de Madera

Empezaré evocando mi infancia en Xilotepec, un poblado al sur de la antigua Tenochtitlan, en El Ombligo de la Luna, donde nací y crecí con mis padres, abuelos y otros chamanes de linaje que habitaron la región desde que comenzó a existir la Tierra.

Éramos simples y felices, teniendo poco contacto con los humanos que ya aparecían ocasionalmente en los llanos y, podíamos, de manera libre, transmutarnos en cualquier elemento que la Tierra generosa nos permitiese.

Eso era el paraíso. 

Luego vino la Historia: Todo eso que los humanos aprendieron y siguen aprendiendo en sus escuelas, y nosotros, los chamanes de linaje, volvimos a transmutarnos. Nos transformamos al ponernos máscaras humanas, y desde entonces iniciamos una guerra eterna con los que trajeron a los humanos para acabarnos y quedarse con nuestro hermoso Ombligo de la Luna. 

Y es que allí hay un portal dimensional que lleva directamente a un lugar del Universo que es el centro del Poder o, si se quiere la metáfora, es el corazón de la Vida. 

Yo, nacido en esta dimensión terrenal como Serpiente de Madera, tomé nombre y cuerpo de aspecto humano, por designio de mis ancestros, y he vivido para proteger El Ombligo de la Luna de quienes tratan de controlar nuestro Universo accediendo al portal mágico. 

Habemos muchos individuos de linaje — Brujos o Naguales nos dice la humanidad — en este mundo materializado y materialista, que trabajamos silenciosamente en la construcción del equilibrio vital de nuestro Universo y en esa labor se ha ido escribiendo otra suerte de historia que, consideró hoy, es el momento de publicar a modo de reflexión sobre los acontecimientos cotidianos de hoy y del pasado.  ⛎


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